domingo, 15 de julio de 2012

Analizan el magma hallado durante una perforación a dos kilómetros de profundidad


Unos geólogos que en 2009 estaban realizando una perforación para abrir un pozo con el que examinar la actividad geotérmica del subsuelo cerca del volcán de Krafla, en Islandia, tropezaron con un problema para el que no estaban preparados: magma (roca fundida o lava subterránea) que fluyó inesperadamente en el pozo a una profundidad de 2,1 kilómetros, forzando a los investigadores a detener su trabajo de perforación. Sin embargo, aunque el flujo de magma truncó aquel proyecto, les ha dado a los científicos una oportunidad única para estudiarlo y evaluar un sistema geotérmico muy caliente como fuente de energía.
(NCYT) Wilfred Elders, profesor emérito de geología en el Departamento de Ciencias de la Tierra en la Universidad de California en Riverside, ha dirigido el equipo de investigación.
El pozo que habían estado excavando había sido diseñado inicialmente para buscar recursos geotérmicos hasta 4,5 kilómetros de profundidad.
Actualmente, un tercio de la energía eléctrica y el 95 por ciento de la calefacción de las viviendas en Islandia se producen a partir de vapor y agua calientes que están presentes de manera natural en terrenos volcánicos.
El aspecto económico de generar electricidad a partir de tal vapor geotérmico mejora cuanto más altas sean su temperatura y su presión. Dado que cuanto mayor es la profundidad a la que se perfora en una zona caliente, más altas son la temperatura y la presión, debe ser posible llegar a una cota dónde exista un fluido más denso con un contenido muy alto de calor, pero también con una viscosidad inusualmente baja. Aunque fluidos de esta clase se usan en grandes centrales termoeléctricas que funcionan quemando carbón, nadie había tratado de usar a los que deben existir de manera natural en las zonas más profundas de las áreas geotérmicas.
Después de análisis detallados, Elders y sus colegas han comprobado, entre otras cosas, que aunque el volcán Krafla, al igual que todos los demás volcanes de Islandia, es basáltico (el basalto es una clase de roca volcánica que contiene entre un 45 y un 50 por ciento de sílice), el magma que encontraron es de riolita (una roca volcánica que contiene entre un 65 y un 70 por ciento de sílice).
Por otra parte, Elders cree que debería ser posible encontrar masas de magma razonablemente poco profundas, ya sea en Islandia o en cualquier otra parte del mundo. En el futuro, tales masas podrían convertirse en atractivas fuentes de energía.

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