viernes, 28 de octubre de 2011

Evidencia de lluvia ácida apoya la teoría del meteorito de la catástrofe de Tunguska

La catástrofe de Tunguska en 1908 produjo altos niveles de lluvia ácida. Ésta es la conclusión alcanzada por investigadores rusos, italianos y alemanes basándose en los resultados de los análisis de los perfiles de la turba tomados de la región del desastre.
Foto: Leonid Kulik

n esas muestras correspondientes a los límites del permafrost de 1908, los investigadores encontraron niveles significativamente altos de un isótopo de nitrógeno (N15) y de uno de carbono (C13).

Los mayores niveles de acumulación fueron medidos en las áreas del epicentro de la explosión y a lo largo de la trayectoria del cuerpo cósmico.

Las concentraciones incrementadas de iridio y nitrógeno en las capas de la turba relacionadas apoyan la teoría de que los niveles más elevados de lo normal de los isótopos son una consecuencia de la catástrofe de Tunguska y que tales isótopos son parcialmente de origen cósmico.

Se estima que, a raíz de la catástrofe, alrededor de 200.000 toneladas de nitrógeno cayeron sobre la región de Tunguska, en Siberia.

"Se alcanzaron temperaturas sumamente altas cuando el meteorito entró en la atmósfera y el oxígeno de ésta reaccionó con el nitrógeno produciendo óxido de nitrógeno", explica la investigadora Natalia Kolesnikova.



El evento de Tunguska se considera como uno de los desastres naturales más grandes de los tiempos modernos. El 30 de junio de 1908, una o más explosiones asolaron el área cercana al río Tunguska, al norte del Lago Baikal. La explosión o explosiones derribaron alrededor de 80 millones de árboles sobre un área de más de 2.000 kilómetros cuadrados. Se estima que la fuerza de la explosión fue equivalente a entre 5 y 30 megatones. Esto es al menos mil veces más potente que la bomba atómica de Hiroshima.

Esta región casi despoblada de Siberia se estudió por primera vez en 1927. Aquella legendaria investigación pionera la condujo el profesor Leonid A. Kulik.

Hay varias teorías diferentes sobre lo que causó la catástrofe. Sin embargo, la mayoría de los científicos asume que fue causada por un evento cósmico como el impacto de un meteorito, asteroide o cometa.

Si el objeto hubiera llegado con retraso, explotando en la atmósfera cinco horas después de cuando lo hizo, San Petersburgo, que era la capital de Rusia en esa época, habría sido destruida por completo, al sobrevolar el objeto ese lugar en aquel momento, debido a la rotación de la Tierra.

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