Dando un paso más en una línea de investigación iniciada unas semanas atrás, cuando unos científicos obtuvieron datos reveladores sobre un fenómeno volcánico virtualmente desconocido, el de los relámpagos asociados a erupciones volcánicas, ahora se ha conseguido observarlos dentro de la espesa columna de humo y cenizas expulsada por un volcán.
Cuando el volcán Redoubt de Alaska hizo erupción los días 22 y 23 de marzo del 2009, el instrumental especialmente colocado a su alrededor para la ocasión recogió datos abundantes e importantes que ahora han permitido reconstruir detalladamente el flujo de electricidad creado dentro del penacho volcánico, y los relámpagos resultantes.
Tal como señala Sonja Behnke del Instituto Tecnológico de Nuevo México, ésta es la primera vez que se logra colocar a tiempo este instrumental de detección de relámpagos para escudriñar la erupción volcánica desde su inicio.
Los datos reunidos permitirán conocer mejor la estructura de las cargas eléctricas dentro de un penacho volcánico. Eso será útil para desvelar con gran detalle cómo el penacho se electrifica, y cómo evoluciona con el tiempo.
La alerta de erupción inminente emitida con la suficiente antelación fue decisiva para el éxito de la misión.
A finales del 2008, el Redoubt mostró señales iniciales de actividad sísmica. El vulcanólogo Steve McNutt y su equipo en el Observatorio Volcánico de Alaska (AVO, por sus siglas en inglés) empezaron a buscar ubicaciones potenciales para sus sensores.
En Marzo, en el espacio de una semana, este volcán experimentó algunas erupciones significativas que produjeron relámpagos en abundancia.
La actividad eléctrica era tan fuerte o más que la de muchas de las tormentas de mayor violencia que se registran en la región central de Estados Unidos. El "ruido" de ondas de radio era tan fuerte y continuo que las personas que viven en el área cercana al volcán no podían ver las transmisiones de VHF (frecuencias muy altas) de las emisoras de televisión.
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