viernes, 28 de octubre de 2011

Una roca parece demostrar que la Antártida y Norteamérica estuvieron unidas

Foto: John Goodge / University of Minnesota-DuluthUna solitaria roca de granito encontrada contra toda probabilidad en lo alto de un glaciar en la Antártida puede proporcionar una importante evidencia adicional para apoyar la teoría de que una vez, hace cientos de millones de años, algunas partes de la Antártida estuvieron conectadas con América del Norte.


Un equipo de investigadores de EE.UU. y Australia hizo este descubrimiento en las Montañas Transantárticas. Gracias al hallazgo, será posible conocer mejor cómo era un antiguo supercontinente, denominado Rodinia.

Anteriores evidencias científicas llevaron a los investigadores a teorizar que, hace aproximadamente entre 600 y 800 millones de años, una porción de Rodinia se separó de lo que es ahora el sudoeste de Estados Unidos y migró posteriormente hacia el sur para convertirse en el este de la Antártida y Australia.

El nuevo hallazgo, según plantean los científicos, proporciona una evidencia física que confirma la, así conocida, Hipótesis del Sudoeste de Estados Unidos y el Este de la Antártida.

El hallazgo de la roca se hizo por casualidad, mientras los investigadores estaban recogiendo cascotes llevados a través de las Montañas Transantárticas por las corrientes de los ríos de hielo que fluyen muy despacio, literalmente a paso glacial, en la Antártida Oriental.

John Goodge (Universidad de Minnesota-Duluth) y su equipo estaban buscando rocas que podrían proporcionar las claves de la composición de la corteza continental de la Antártida que en la mayoría de los lugares está sepultada bajo una capa de hielo de unos tres kilómetros de grosor.



Cuando hicieron el descubrimiento, estaban trabajando con rocas grandes en ciertas acumulaciones de piedras y barro de origen glacial que parecían interesantes.

Una roca en particular, bastante pequeña para ser levantada con una mano, que encontraron sobre el Glaciar Nimrod, se determinó posteriormente que es una forma muy específica de granito.

Los análisis químicos y las pruebas isotópicas realizadas posteriormente en los laboratorios de Estados Unidos han acabado por revelar que la roca tiene una composición química muy similar a la de un singular cinturón de rocas ígneas en América del Norte que recorre lo que es ahora California hacia el este a través de Nuevo México, y por Kansas, Illinois y finalmente a través de New Brunswick y Terranova en Canadá.

Se sabe que ese cinturón de rocas formó parte de lo que se denomina Laurentia, un componente del supercontinente Rodinia.

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