viernes, 28 de octubre de 2011

La creación de cenosferas en el impacto de asteroides de hace 65 millones de años

El asteroide que se supone exterminó a los dinosaurios, golpeó la Tierra con tal fuerza que se produjo una licuación de carbono en las profundidades de la corteza terrestre. El carbono líquido subió vertiginosamente y formó minúsculas partículas de forma esférica, que, transportadas por el aire, acabaron cayendo por doquier en el planeta, según un estudio hecho por científicos de EE.UU., el Reino Unido, Italia y Nueva Zelanda.

Foto: Mark Harvey
Las partículas, conocidas por los geólogos como cenosferas de carbono, no se pueden formar por medio de la combustión de materiales vegetales, lo cual contradice una hipótesis según la cual las partículas son los restos carbonizados de una Tierra incendiada. Si se confirma, el descubrimiento indicaría que las circunstancias medioambientales que acompañaron al evento de la extinción de hace 65 millones de años fueron un poco menos dramáticas que lo previamente estimado.

Los cenosferas de carbono se depositaron hace 65 millones de años al lado de una delgada capa de iridio, un elemento que se encuentra con mayor probabilidad en los asteroides del Sistema Solar que en la corteza terrestre. Como la capa de iridio, las cenosferas de carbono aparentemente son comunes. Se han encontrado en Canadá, España, Dinamarca y Nueva Zelanda.



Algunos geólogos habían pensado que todas las partículas de carbono resultado del impacto eran cenizas procedentes de los incendios forestales desencadenados a escala global, pero la presente investigación contradice fuertemente esa hipótesis.

En el nuevo estudio, los científicos concluyeron que las cenosferas pudieron crearse por un proceso diferente, la pulverización violenta de la corteza terrestre rica en carbono.

Los científicos examinaron muestras de rocas de ocho ubicaciones marinas en Nueva Zelanda, Italia, Dinamarca y España. También examinaron las partículas ricas en carbono de cinco emplazamientos no marinos en EE.UU. y Canadá. Por medio de subsiguientes análisis químicos y microscópicos, los investigadores concluyeron que las partículas eran cenosferas de carbono.

Los científicos también encontraron que cuanto más alejados del cráter de Chicxulub (el punto de impacto del asteroide) estaban los lugares de los que se tomaban las muestras, más pequeñas tendían a ser las cenosferas. Esa observación concuerda con la expectativa de que las partículas fueron producidas por el impacto del asteroide, ya que una vez que se arrojan por las alturas, las más pesadas deben caer más pronto (y viajar distancias más cortas) que las partículas más ligeras.

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